Navarra guarda grandes tesoros. Desde espacios naturales tan opuestos como el desierto de las Bardenas Reales o el Nacedero del Urederra, hasta preciosas localidades medievales como Olite que te teletransportan a otra época.
En este post os muestro una escapada de fin de semana visitando dos de sus puntos más emblemáticos: Olite y las Bardenas.
El alojamiento: un hotel de diseño galardonado con numerosos premios de arquitectura, interiorismo y fotografía que estoy segura de que no os dejará indiferentes.
¡Vamos a por esta escapada tan especial!
DATOS PRÁCTICOS
– Como llegar: Para esta escapada os recomiendo ir en coche, bien sea propio o de alquiler. El alojamiento está en medio de la nada y para hacer las visitas no hay una opción cómoda de transporte público. Para organizaros mejor, poder visitar todo y adecuar los tiempos a vuestro gusto el coche es fundamental.
– Cuando ir: Como una de las visitas en esta escapada es un desierto, conviene evitar los meses más calurosos de verano (donde podéis achicharraros) y los días de lluvia, ya que las pistas de tierra pueden estar impracticables para pasar con el coche.
Primavera y otoño son dos fechas perfectas para hacer esta escapada.
Nosotros fuimos en mayo, y aunque nos llovió, y el tiempo no fue todo lo bueno que esperábamos, como llevábamos un SUV no tuvimos problema alguno. También vimos turismos «normales» que circulaban sin problemas.
Lo mejor es preguntar en el punto de información que hay a la entrada, allí os indicaran el estado de las pistas.
– Seguro: Aunque para las escapadas de fin de semana nosotros nunca contratamos seguro adicional, os recomiendo entrar en la página web de Iati seguros, ya que han añadido una nueva modalidad llamada Iati Escapadas que os podría encajar si viajáis con mascotas o la visita a Navarra es parte de un road trip por España o por Europa.
Si accedéis a través de este enlace o pincháis en la foto, tendréis un 5% de descuento.
ALOJAMIENTO
El alojamiento es un punto al que yo le doy mucha importancia en las escapadas y siempre intento buscar hoteles especiales y diferentes.
En esta ocasión, tenía fichado desde hacía muchísimo tiempo un hotel que salía a menudo en las listas de «Los mejores hoteles del mundo», en revistas de interiorismo y de arquitectura: Hotel Aire de Bardenas. De hecho tiene 35 galardones desde el año 2008, tanto nacionales como internacionales y eso ya es garantía de que vas a alojarte en un hotel especial.
Este espectacular hotel se encuentra situado a tres kilómetros de Tudela, en medio de un campo de trigo y junto al icónico Parque Natural de las Bardenas Reales, y te recibe con una entrada muy singular de cerezos alineados que dan paso a la recepción, salón principal, bar y restaurante. Todo cuidado al detalle.
La fachada principal está formada por cajas de verduras. Si, habéis leído bien, cajas. Con ellas además de utilizarlas como rompevientos (deteniendo el viento pero permitiendo el paso del aire) pueden moverlas y se integran en el paisaje. Una idea muy original y muy diferente.
El cartel de indicación al hotel también está hecho de la misma forma.
El Hotel Aire de Bardenas está compuesto por una serie de volúmenes cúbicos monocromáticos sin alturas, lo que hace que se integren de forma excepcional con el paisaje y no te «choque» al verlo. Ya quedaron atrás los tiempos de los grandes hoteles que transformaban por completo la zona dando lugar a un turismo de masas. Aquí todo es tranquilidad, naturaleza y sencillez.
Es un hotel moderno como habéis podido comprobar, muy diferente a los castillos, fortalezas o monasterios en los que nos hemos alojado en escapadas como Salamanca, Hondarribia o Segovia.
Si os gustaría probar esta experiencia y alojaros en un hotel diferente no debéis perdéroslo. Solo tenéis que elegir cuál es vuestra habitación favorita (tarea nada sencilla).
La primera opción serían los cubos con patio privado y árbol frutal. Quizás los más sencillos puesto que no tienen ni vistas ni un elemento que a mí me parece muy especial y que ahora os voy a contar.
La segunda opción serían los cubos con patio privado, árbol frutal y bañera exterior. Y este es el elemento especial, una enorme bañera en la que disfrutar del canto de los pájaros, el sonido del viento en los árboles y la tranquilidad del lugar.
Esta fue nuestra elección y os puedo asegurar que no os defraudará, es una gozada sobre todo si la temperatura es un poco fría. Entonces el estar en la bañera con el agua calentita se convierte en el momento más memorable de la escapada. Y en época estival ¿Qué me decís de la idea de poder daros un baño a la luz de la luna?
Y como el patio con la bañera es privado, podéis acompañar este momento con un par de copas. No me digáis que el plan no es apetecible y romántico. Feliz como una perdiz estaba yo aquí jajaja.
Pero ojo, que aunque es privado podéis tener vecinos. Sed respetuosos con la música y los ruidos (ah, y si tenéis mascota en estas habitaciones al tener patio la podéis llevar).
La decoración de la habitación es muy sencilla. Paredes blancas, maderas naturales y un ligero toque de color con los cojines y la silla.
Un armario abierto deja ver el espacio de la cama y el precioso ventanal, lugar ideal para leer, ver la televisión o simplemente estar. El rincón más especial de la habitación.
El baño separado de la habitación únicamente por una cortina, es de color blanco y tiene vistas al patio. A mí me pareció poco íntimo y fue lo que menos me gustó. En la foto lo podéis ver junto con los albornoces que te dejan.
El patio, con un limonero, la bañera, unas sillas y una mesa donde tomar algo o comer/cenar era una gozada con mayúsculas, sobretodo cuando salía el sol. A nosotros nos hizo de todo, frío, calor, sol, lluvia y es cierto que lloviendo si se tiene este tipo de habitación es una faena porque no se puede disfrutar al 100%.
Las fotos mías de esta escapada y las que teníamos juntos las perdimos por un fallo del ordenador. Una pena porque había algunas chulísimas. Por eso veréis pocas fotos mías y de no mucha calidad porque las cuatro que tenemos son del móvil.
He de confesaros que esta no fue nuestra primera opción, ya que yo la que tenía en mente era el cubo con vistas a las Bárdenas y bañera exterior (pero estaba reservado, es el número 22, buena excusa para volver jejeje).
Esta habitación y sus vecinas (sin bañera fuera) son pabellones exentos con grandes ventanas que miran hacia el campo, a las cuales se accede mediante una pasarela exterior.
Son unas habitaciones muy especiales con unas vistas impresionantes y la que tiene la bañera ya es el «sumun». Si miráis en su web podréis ver que fotos tan impresionantes hay de los atardeceres y amaneceres desde estos cubos.
Subiendo de precio están las suites. Hay de dos tipos: una con bañera doble interior y bañera exterior y otra con bañera doble interior y vistas a las Bardenas. Muy especiales también pero preparad un desembolso por noche importante.
Y para los que quieran saber cómo es dormir en una burbuja, el hotel también cuenta con este tipo de habitaciones desde donde contemplar las estrellas mientras se duerme.
Aunque se elija la habitación más barata no es un hotel económico pero si se aprovecha (nosotros fuimos a la hora del check in y apuramos el check out al máximo) yo creo que la experiencia compensa. Además, podéis cenar allí (el precio del menú es bastante caro) o llevaros vuestra propia cena como hicimos nosotros.
Si llegáis tarde y queréis madrugar para hacer las visitas es una pena elegir este hotel porque es mucho dinero para no disfrutarlo (en mi opinión).
El hotel también cuenta con una piscina común, pero al hacer frío ni nos acercamos, nos gustaba más la idea de nuestra bañera con agua calentita.
Y si después de haber visto las fotos pensáis que no es de vuestro estilo, os voy a dejar unas cuantas recomendaciones más:
- Parador de Olite. Un acierto seguro. Si está en vuestra mano, la habitación 107 es una de las habitaciones únicas que ofrece paradores.
Se llama Leonor de Trastámara en honor a la reina, esposa de Carlos III el noble, que vivió durante un tiempo en el castillo de Olite. Es una auténtica preciosidad. - Si estáis buscando alojamiento en una casa rural, en la web de casasrurales.net podréis encontrar vuestra casa perfecta. Con chimenea, piscina o barbacoa, tan solo hay que poner las preferencias en su filtro y os aparecerán las opciones. Y no solo tienen alojamientos en Navarra, podéis encontrar en otras provincias.
- AC Ciudad de Tudela
- Campo de Reyes, un glamping donde te alojarás en una yurta originaria de Mongolia. La suite deluxe además tiene una bañera preciosa en la habitación. Lo tengo en mi lista de alojamientos pendientes.
QUÉ VISITAR
Navarra es una provincia extensa. Hay muchos lugares para ver, por lo que habría que dedicarle bastantes días o hacerlo en diferentes escapadas.
En esta ocasión nos centramos en dos lugares: Olite y Las Bardenas Reales.
Olite
Quien no ha visto alguna vez una foto de su castillo-palacio, con sus agujas puntiagudas y esbeltas torres palaciegas que siglos atrás dieron cobijo a reyes y princesas.
Es la imagen más característica de uno de los pueblos más bonitos de España y si estáis por Navarra no debéis perdéroslo. Olite no defrauda.
El coche lo podéis dejar en un parking gratuito que hay junto al monasterio de los Padres Franciscanos.
Desde aquí no solo estaréis al lado de todos los lugares de interés a visitar, sino que también veréis una de las imágenes más espectaculares del palacio.
El Palacio de los Reyes de Navarra de Olite, Palacio Real de Olite o Castillo de Olite es una construcción de carácter cortesano y militar erigida durante los siglos XIII y XIV.
Fue declarado monumento nacional en 1925 y es el ejemplo más importante del gótico civil de Navarra y uno de los más lujosos de Europa.
Además de ser una de las sedes de la Corte del Reino de Navarra, fue la residencia preferida de Carlos III «el Noble» (rey de Navarra de 1387 a 1425) apodado así por su amor por la cultura y la lujosa vida de palacio (las campañas militares no eran de su agrado).
Las entradas las podéis comprar de forma anticipada por internet en su página web. Así no tendréis que hacer cola si vais en fin de semana o en días de mayor afluencia.
El Palacio está actualmente dividido en tres partes: Palacio Viejo (actual Parador), ruinas de la Capilla de San Jorge y Palacio Nuevo, que es la parte visitable del monumento.
Palacio Viejo
El Parador es una opción estupenda para alojarse en este encantador pueblo. Nosotros en esta ocasión optamos, como ya sabéis, por el hotel Aire de Bardenas pero no quisimos perdemos la visita a este parador y reservamos una mesa para comer.
Las zonas comunes y parte de las habitaciones del hotel están integradas en el palacio, en cuyo interior hay vidrieras, arcadas y otros elementos propios del Medievo.
Y si queréis celebrar una ocasión especial apuntad la habitación Leonor de Trastámara (107), una verdadera maravilla catalogada dentro de Paradores como «Habitación Única». Os lo he comentado antes,está en mi lista de pendientes y si me alojo en el parador sin duda será la elegida. En la escapada a Hondarribia nos alojamos en el parador en la habitación 101 de Carlos V, otra habitación única y fue una pasada.
La comida nos encantó. Buen servicio, el comedor una preciosidad y la calidad del producto sobresaliente.
Nos decantamos por unos espárragos de Navarra (no podía ser de otra forma estando aquí) y unas croquetas de entrantes y después dos platos principales y el postre (leche frita que estaba de muerte).
Palacio Nuevo
La visita al Palacio Nuevo la realizamos por libre para poder fotografiarlo con tranquilidad.
Ya os he dado antes unas pinceladas históricas de este Palacio y ahora os voy a ampliar un poco la información para que, si como nosotros, no optáis por la visita guiada sepáis lo que estáis viendo, algo que considero fundamental en las visitas de este tipo.
Fue Carlos III «el Noble», casado con Leonor de Trastámara en 1375, quien en el siglo XV comenzó la ampliación del anterior castillo, dando lugar al Palacio de los Reyes de Navarra.
Aunque casi todos lo llaman «castillo», lo correcto es referirse a él como «palacio», ya que se trata de una construcción con carácter cortesano, donde los aspectos residenciales prevalecieron sobre los militares (defensa).
En la siguiente foto podéis ver la vista del palacio de Olite, dibujado por Genaro Pérez de Villamil, en España artística y monumental (1850).
Uno de sus principales encantos es el aparente desorden de su diseño. Esto se debe a que su construcción nunca se afrontó como un proyecto «de conjunto» y el resultado final es fruto de las continuas obras de ampliación y reforma que se sucedieron durante siglos.
La mayor parte de las obras se realizaron entre finales del siglo XIV y principios del XV.
Carlos III decidió convertir el palacio existente en sede real permanente y dotarla de todo el ornamento propio de estas (yeserías, azulejos, vidrieras, artesonados dorados y tapices en suelos y paredes).
Además de jardines colgantes, algunos de casi 20 metros de altura, zonas ajardinadas, huertos y un parque zoológico que incluía un león (regalo del rey de Aragón Pedro IV el Ceremonioso), un camello, loros, perros de caza, halcones, búfalos africanos, una jirafa, ardillas, etc.
Una pena que nada quede de entonces, ya que en 1512 con la conquista de Navarra por parte de la Corona de Castilla, comenzó el deterioro del Palacio que solo fue utilizado como residencia esporádica de virreyes, gobernadores e hidalgos.
En 1813, durante la Guerra de la Independencia, el Palacio fue incendiado por el General navarro Espoz y Mina para evitar que las tropas francesas se hicieran fuertes en él. Con esto, el Palacio quedó semi-derruido y vacío hasta 1923 que se decidió restaurar en un ambicioso proyecto que duró aproximadamente 30 años y que es lo que hoy en día podemos visitar.
Se pierde la esencia ya que es una reconstrucción pero la visita sigue siendo imprescindible y os dejará unas imágenes preciosas de fosos, murallas y sobretodo sus numerosas torres que son las que le dan una silueta tan mágica y especial. No hay que olvidar, como os he dicho antes, que en su época llegó a ser considerado como uno de los más bellos de Europa.
El recorrido del Palacio comienza accediendo a las taquillas que se sitúan al lado de la Iglesia de Santa María La Real.
La primera visita es la Sala de los Arcos, cuya función es únicamente arquitectónica puesto que se construyó para soportar el peso del pequeño jardín de la reina. También es conocida como la cueva de los murciélagos por su ausencia casi total de luz.
Los grandes arcos sujetan la plataforma donde está ubicado el jardín, en un primer piso, lo que lo convierte en un jardín colgante. Actualmente se utiliza como escenario en el Festival de Teatro Clásico de Olite.
Subiendo una escalera de caracol (fijaros en las marcas que hay en las piedras que son la de los canteros que firmaban las piedras que trabajaban para después cobrar) se llega a las dependencias de los reyes.
La cámara de la Reina o Cámara de los Ángeles estaba decorada con zócalos de madera, cerámicas de colores, tapices, pinturas y yeserías. También se le llama cámara de los ángeles porque durante algún tiempo parte de la decoración que cubría las paredes fueron esculturas de ángeles.
Destaca la gran chimenea y los bancos de piedra a modo de mirador.
La Galería de la Reina era un antiguo jardín colgante que en la actualidad está totalmente restaurado y solo conserva algún elemento original (como un ángel con filacteria). De este jardín debieron salir los cinco naranjos que la reina Catalina de Foix regaló en 1498 a Luis XII de Francia con motivo de su boda con Ana de Bretaña. Parece que al menos uno de ellos había sido plantado por la reina Leonor, mujer de Carlos III y puede ser el que aún se conserva en los jardines de Versalles.
La Cámara del Rey o Cámara de los Lazos es un gran salón con amplios ventanales góticos y gran chimenea que era utilizado por el rey como lugar de recepción de invitados. Se llama también cámara de los lazos porque el techo estaba totalmente tallado con lazos, uno de los símbolos del reinado de Carlos III.
La Galería del Rey o Galería sobre los Naranjos es uno de los ejemplos del gótico civil europeo. Se puede diferenciar la parte de los arcos restaurada de la parte original. Desde esta preciosa galería podemos ver los patios de la Morera y de la Pajarera.
Continuamos la visita fotografiando rincones que nos hacen pensar en lo increíble que debió de ser este palacio en su época de esplendor.
Las siguientes visitas son las impresionantes torres del palacio y os dejo esta foto donde podéis ver las dos primeras que os voy a enseñar.
La más cercana en la fotografía es la Torre de la Atalaya, también llamada «del vigía» ya que era desde donde se controlaba la llegada de cualquier noticia del exterior a la villa de Olite. Es una torre cuadrada con una torre circular adosada.
La ventana que tiene la torre representa el lazo eterno, que como os he comentado antes, uno de los símbolos de Carlos III.
También se la conoce como la torre de «la Joyosa Guarda» o «alegre guardia» porque durante las guardias, los soldados se divertían bebiendo y jugando a los dados y a las cartas.
La Torre de los Cuatro Vientos o de las Tres Grandes Finestras (por sus gres grandes ventanales góticos) es la segunda que se puede ver en la foto que os he indicado anteriormente. Era desde donde los reyes y nobles contemplaban las corridas de toros, justas y torneos que se celebraban en la explanada exterior del palacio.
Tiene forma cuadrada y sobresalen tres balcones, cada uno dirigido hacia un punto cardinal.
En la foto anterior, si os fijáis, podéis ver a la derecha el Monasterio de los Padres Fransicanos.
En ella hay un pequeño torreón más alto y sus vistas son impresionantes.Bueno, en realidad desde lo alto de ambas torres hay unas vistas espléndidas.
Y mirad que sorpresa nos encontramos. Esta adorable cigüeña estaba en el nido con su cría y nos entretuvo un buen rato hasta que conseguimos fotografiarlas a las dos.
La Torre de las Tres Coronas es una de las más bonitas del palacio. Es de forma octogonal y presenta tres cuerpos que van disminuyendo gradualmente (son como tres torres en una). En la fotografía siguiente podéis ver dos de los cuerpos, pero en la que os he puesto con el pozo de hielo se pueden apreciar los tres.
Una de las leyendas que circula sobre ella narra que fue el rey quien la mandó construir como casa de juegos para sus hijos. La parte superior se cree que pudo ser un palomar para criar palomas mensajeras.
Justo debajo de esta torre se puede ver el Pozo de Hielo. Este se puede observar mucho mejor si se da un paseo por la ronda exterior del palacio.
Bajo esa enorme «cascara de huevo» hay un pozo de ocho metros de profundidad que guardaba el hielo y la nieve del invierno y los conservaba helados hasta el verano gracias a la paja, que funcionaba como aislante. Además está ubicado en la zona más fría y sombría del palacio.
La Torre del Homenaje es el punto más alto del palacio y cuenta con casi 40 metros. Su altura actual no se corresponde con la que tuvo en su origen (que corresponde a las terrazas que quedan debajo) ya que con las obras de reconstrucción se hizo más alta.
Es la única concesión de carácter militar que se puede encontrar en el palacio. Tiene base rectangular y en las esquinas de su terraza hay cuatro pequeñas torretas circulares. Es la más alta que veis en la siguiente foto.
Y aunque la visita principal de Olite es su palacio no hay que olvidar otros puntos que no debéis perderos.
Iglesia de Santa María La Real
Lo más impactante de la Iglesia de Santa María La Real es su fachada de arquitectura gótica y el precioso retablo renacentista que se encuentra en su interior.
Se empezó a construir durante el primer tercio del siglo XIII, junto al Palacio de los Teobaldos y Palacio Real de Olite, para ser utilizada por los monarcas navarros en sus actos religiosos.
Ruta por sus calles medievales
Si algo os recomiendo en Olite es perderos por sus preciosas calles medievales llenas de tiendas de productos típicos, bares donde degustar el vino de la zona o restaurantes para comer. Aquí no hay una ruta, el pueblo es pequeño y el paseo os va a encantar.
Recorrer la Ronda del Castillo
Si antes os he recomendado perderos por las calles del pueblo, ahora le toca el turno a las afueras.
En la Ronda del Castillo se tiene una preciosa panorámica tanto de la muralla como del palacio. Es la imagen de la que os hablaba al principio cuando os comentaba dónde dejar el coche. Una zona por la que pasear e incluso sentaros a comer algo en las mesas y bancos que hay como merenderos. Para mí la mejor imagen de Olite.
Museo del Vino
El museo enogastronómico situado en el antiguo palacio del Santo Ángel del siglo XVII, en la Plaza de Teobaldos, es uno de los lugares que tampoco os podéis perder en Olite. Tiene cuatro plantas y cada una de ellas se dedica a un aspecto del vino.
Nosotros coincidimos con una celebración y aquello estaba a tope, con música y todo.
Iglesia de San Pedro, Plaza de Carlos III El Noble y Convento de San Francisco
Con estos tres lugares terminaría la visita a Olite. No os puedo enseñar fotos de ellos porque como os comentaba anteriormente, perdimos una tarjeta.
- La Iglesia de San Pedro es la más antigua de Olite (siglo XII). Está situada en la plaza del Fosal y es una mezcla de los estilos románico, gótico y barroco. Lo que más destaca de ella es su alta torre gótica de 52 metros de altura, coronada por un aguja octogonal que verás desde todos los puntos de Olite.
- La Plaza de Carlos III El Noble es el centro de Olite y será inevitable que pases por ella en el recorrido turístico.
En ella se encuentra el Ayuntamiento (construido en el siglo XX siguiendo el estilo de las casas nobles de la época), la Torre del Chapitel, que era una de las puertas de acceso a la villa amurallada, y las Galerías medievales, construidas a finales del siglo XIII y que albergan una exposición sobre la historia del pueblo en la Edad Media.
Comer en Olite
Como os he enseñado, nosotros comimos en el Parador y además de estar en un lugar muy especial la comida fue de muy buena calidad. Para mí el restaurante más bonito y romántico de Olite (por algo es un palacio del siglo XV).
Debéis tener en cuenta que es un pueblo que tiene muchísimo turismo, por lo que si vuestra visita es en fin de semana no olvidéis reservar en el restaurante elegido. Y no olvidéis probar los espárragos de Navarra, alcachofas de Tudela, pimientos del piquillo o sus embutidos. Gloria vendita todo jajaja.
Si queréis saber más opciones, a parte del Parador, los restaurantes más recomendados son:
- Restaurante Merindad de Olite
- Casa Zanito
- Asador Sidrería Erri Berri
- Casa del Pebroste
- El rincón de la joyosa
Y si queréis sentiros de verdad en un pueblo medieval no os debéis perderos su Fiestas Medievales en el mes de agosto. ¿Os animáis a llevar un disfraz y recorrer este pueblo de cuento vestidos de gala? Yo estoy deseándolo. Y si sois amantes del teatro, en julio se celebra el Festival de Arte Clásico, todo un acontecimiento en un marco incomparable.
Bardenas Reales
Y después de la visita cultural de la escapada con Olite tocaba la parte B. La parte de naturaleza y es que a las Bardenas Reales les tenía unas ganas infinitas.
Este paraje semidesértico está declarado parque natural y reserva de la biosfera por la UNESCO. Ha sido el escenario de numerosas películas y series (como la popular Juego de Tronos), anuncios de publicidad o videos musicales. Y es que el lugar no es para menos.
El paisaje de las Bardenas está marcado por la erosión, la cual crea un paisaje que es uno de sus principales atractivos. Además tuvimos la suerte de encontrarnos un cielo con nubes para darle un toque diferente a las fotografías (aunque a veces las nubes eran negras negras y auguraban lo peor).
Las formas tan sorprendentes que encontramos en las Bardenas son debidas a la composición del suelo. Sus arcillas, yesos y areniscas se han ido erosionando con el agua y el viento y han dado lugar a sus famosos cerros solitarios llamados cabezos, chimeneas de hadas, barrancos. No parareis de fotografiarlos a lo largo del recorrido.
Porque sí, aquí podemos ver algunas de las formaciones que jamás hubiéramos pensado que estaban en España. Por momentos nos teletransportaban a la Costa Oeste de EEUU. En la foto de arriba tenemos un «Navarra Hat» jajaja (quien haya estado en Mexican Hat, en Utah, me entenderá).
Paisajísticamente es tradicional la diferenciación del territorio bardenero en tres áreas distintas. De norte a sur son: El Plano (una terraza aluvial elevada y prácticamente llana), la Bardena Blanca (es la zona central del territorio y la parte más interesante y desértica del parque natural) y la Bardena Negra (donde ya podemos encontrar más vegetación, de ahí su nombre).
Nosotros nos centramos en esta escapada en la Bardena Blanca y el recorrido circular que os muestro en la fotografía, de solo 34 kilómetros pero que dependiendo de las paradas que hagáis para fotografiar el paisaje puede llevaros mucho tiempo. El plano nos lo dieron en el Centro de Información donde os recomiendo parar. También os dejo el enlace a su web donde podréis encontrar los avisos y la información del lugar.
Por cierto, aquí no hay restaurantes ni nada por el estilo, si queréis aprovecha a estar todo el día llevaros unos bocadillos y no olvidéis recoger toda la basura y no dejar absolutamente nada allí.
Nosotros quisimos disfrutar del hotel Aire de Bardenas y apurar el check out.
La amenaza de tormentas nos hizo replantearnos el recorrido extenso y optar por el corto. La próxima vez que vayamos por la zona, le dedicaremos una jornada completa, porque nos encantó y además quiero mis fotos allí jajaja, que se perdieron.
Esta zona es la más famosa y pintoresca. Su nombre se debe al color blanquecino de la tierra generado por las sales, y es que muchos muchos años atrás fue un mar interior. Si, Navarra tenía mar, alucinante ¿verdad?
La temperatura media anual es de unos 14,5 °C con máximas superiores a los 35 °C en julio (el mes más cálido) y mínimas ligeramente superiores de 0 °C en enero (el mes más frío).
Es muy importante que no os salgáis de los caminos y rutas marcadas, bien sea por la carretera principal o por los caminos secundarios.
Jamás os subáis a formaciones donde se indica expresamente que está prohibido (es de sentido común, para la protección de las mismas ya que son muy delicadas).
Los principales puntos de este recorrido son nueve:
- Mirador de Aguilares o de la Bardena Blanca (a escasos metros del centro de información)
- Los Tres Hermanos
- Cabezo de las Cortinillas (el único al que se puede subir)
- Embalse de las Cortinas
- Mirador de Juan Obispo
- Pisquerra (uno de los más espectaculares)
- El Rallón
- Cabezo de Sanchicorrota
Pero si contáis, falta un punto, que he decidido poner a parte porque es el más famoso de todos y es la imagen de las Bardenas: Cabezo de Castildetierra.
Esta chimenea de hadas es una formación geológica única en Navarra. En ella se ve claramente los diferentes minerales que componen la tierra del lugar. Además, con su forma también se puede ver el proceso erosivo que hay en este desierto.
Ni que decir que no se puede ascender a ella, pero es que no hace falta. De hecho lo bonito es contemplarla desde todos sus ángulos, de cerca (hasta el límite marcado) y desde la distancia. Desde todos los ángulos es una pasada, muy fotogénica.
Aquí nos hicimos unas fotos super chulas con el trípode juntos, pero se perdieron… Que rabia y que ganas de volver para recuperarlas.
No pude resistirme a fotografiar de cerca lo alto de la chimenea. Increíble como aguanta… Y será una pena cuando se desmorone.
Y desde lo lejos mirad lo solo que se encuentra. Podéis ver los coches, ya que hay un pequeño aparcamiento de tierra al lado del cabezo.
No sabía si esta visita me iba a decepcionar o no y la verdad es que me encantó. Es un lugar muy diferente y el estar en la naturaleza siempre es buena idea. Hacer una ruta en bici también tiene que estar genial o recorrer a pie algunos senderos, que por falta de tiempo no hicimos. No lo tenemos muy lejos de casa, por lo que estoy segura de que volveremos más pronto que tarde.
Y con estas vistas se terminaba nuestra escapada por tierras navarras.
Estoy deseando ampliar las visitas de la provincia. Hay lugares que son impresionantes y super fotogénicos. Os doy algunas ideas:
- El Nacedero del Urederra
- El Hayedo Encantado.
- El Arco de Portupekoleze
- Las Cuevas de Zugarramurdi
- El Mirador de Zamariain
- La Foz de Lumbier, el Castillo de Javier y el Monasterio de Leyre
- Pamplona.
Ideas para escapadas muy chulas donde también tengo pensados alojamientos muy especiales. Pero por el momento tendrán que esperar.
Como siempre, cualquier duda podéis contactar conmigo mediante Instagram, Facebook o a través de los comentarios del blog (en cada entrada o en el apartado de Contacto)
No olvidéis seguirme en ambas redes sociales para estar al día de todas las fotos y viajes que publico.
¡Salud viajeros!
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