
Lanzarote es uno de los destinos españoles más exóticos y diferentes. Una isla repleta de grandes extensiones de lava, volcanes y cráteres que te hacen teletransportarte a otro planeta.
Sus preciosas casas blancas, viñedos, palmeras y cactus contrastan con el oscuro paisaje y forman estampas que no podrás resistirte a fotografiar una y otra vez.
Una isla con playas de postal, miradores que te quitan la respiración, cuevas misteriosas y el legado de César Manrique, todo un referente en la isla.
Si estás buscando un lugar con buen clima durante todo el año, tranquilo y con un paisaje único, Lanzarote es tu destino.
¡Descubrámoslo!
CUANDO IR
Lanzarote goza de un clima magnífico durante todo el año, con pocas lluvias y una temperatura media entre los 19 y los 26 grados.
Pero si lo queremos es disfrutar de esta isla canaria con precios más económicos, menos turismo y más horas de luz, las mejores épocas son la primavera y el otoño. Concretamente, los meses de abril, mayo, junio, septiembre y octubre.
Otro factor a tener en cuenta a la hora de visitar Lanzarote es el viento, que puede llegar a ser muy molesto y enturbiar las vacaciones.
La época más ventosa suele ser desde finales de mayo a principios de septiembre, siendo julio el mes que más sopla el viento.
Nosotros visitamos Lanzarote la primera quincena de septiembre y tuvimos un tiempo maravilloso. Pudimos disfrutar de la piscina y de la playa con una temperatura perfecta, con algún día de viento, pero para nada fue desagradable.
DATOS PRÁCTICOS
– Dónde alojarse: Durante las dos semanas que estuvimos en la isla, nuestro centro de operaciones fue una impresionante villa con piscina privada en Playa Blanca. Esta zona al sur de Lanzarote es tranquila, familiar y con muy buena oferta de alojamientos chulos. Os hablaré de la villa en detalle más adelante, os va a encantar.
Además, queríamos estar cerca del maravilloso Parque Nacional de Timanfaya y toda la zona que lo rodea. Y de la impresionante Playa de Papagayo (para nosotros dos de los lugares más impactantes de la isla).
Por eso Playa Blanca fue nuestra elección y la verdad es que estuvimos encantados, la recomiendo 100%. Desde allí nos movimos para recorrer toda la isla (al ser una isla pequeña las distancias no son un problema).
Si quisierais desplazaros menos, una muy buena opción sería combinar unos días en Playa Blanca y otros en Costa Teguise y así repartir las visitas en función del alojamiento.
Otra opción es hacer base en Costa Teguise únicamente, al encontrarse en el centro de la isla.
También se puede combinar esta estancia (o la de Playa Blanca) con unos días en el interior de la isla. Fue algo que dijimos que haríamos si volvíamos a Lanzarote, ya que despertarse cada mañana y ver volcanes por tu ventana y esos paisajes tiene que ser brutal. Y ya si tiene piscina privada es lo más de lo más. Un pendiente para la próxima vez.
La zona de Famara os gustará si vais a hacer surf (aunque no tiene mucha oferta de alojamientos). Puerto del Carmen es el lugar ideal si buscáis discotecas, pubs y mucho ambiente.
Alojarse en la isla de La Graciosa es una maravilla que pudimos ver en el viaje que hicieron la familia de @tragaviajes y que tenemos pendiente para la próxima ocasión.
– Ruta: Nuestro viaje a Lanzarote fue de dos semanas, pero con una a buen ritmo yo creo que es suficiente para ver todos los puntos importantes de la isla.
Nosotros quisimos disfrutar de la piscina privada y hacer las visitas de forma muy pausada al viajar con un bebé de tan solo ocho meses.
Diez días serían perfectos para poder combinar las visitas con jornadas de piscina y playa y hacer todo con tranquilidad.
– Vuelo: Lanzarote tiene un único aeropuerto (a diferencia de Tenerife, por ejemplo). Nosotros volamos con la compañía Iberia directos desde Bilbao y fueron tres horas de vuelo.
– Coche de alquiler: La mejor forma para poder hacer todas las visitas en Lanzarote es alquilando un coche.
Con excursiones y autobuses también se pueden ver, de hecho, así conocí la isla cuando fui con mi madre allá por 2005. Y os dejaré en este post opciones para contratar excursiones a los lugares que os enseño.
Pero poder ver un atardecer en Los Hervideros, ir al Parque Nacional de Timanfaya cuando todos los autobuses de turistas se han ido, o parar en cualquier punto de la carretera que te saca un GUAUU, es algo que solo lo podréis hacer con un coche de alquiler.
Nosotros lo alquilamos con la compañía AVIS y fue todo perfecto. La oficina está nada más salir de la zona de recogida de maletas, por lo que no hay que coger autobuses ni lanzaderas.
Al ir con la peque (fue su primer viaje en avión, por cierto) alquilamos la sillita del coche. Insistimos mucho para que fuera a contramarcha ya que solo tenía 8 meses y por suerte (o por pesados), tenían una casi nueva con esta característica. Todo depende de la disponibilidad, pero mejor insistirles.
El modelo de coche fue un SUV, nos parecen coches más cómodos y siempre que podemos son los que elegimos. En esta ocasión nos dieron un Wolkswagen T-Roc. Estuvimos encantados con él.

Otra de las compañías de las que nos habían dado muy buenas referencias fue CICAR. Podéis mirar en comparadores como rentalcars o autoeurope para tener diferentes presupuestos y elegir la que más os guste.
Por cierto, al ir del aeropuerto al alojamiento nos encontramos con la famosa Rotonda de los Camellos, por la que pasaríamos varias veces en nuestra estancia en Lanzarote. Mirad que chula.

– Bonos descuento/Entradas : Si vais a visitar varios de los puntos más turísticos de Lanzarote chequead si hay disponibles unos bonos con los que se ahorra un dinerillo en las entradas.
En la web de turismo de Lanzarote veréis toda la información, disponibilidad y el precio de cada entrada individualmente. Si tienen habilitados los bonos podréis además elegir el que mejor os venga.
Tanto las entradas individuales como los bonos se pueden comprar online (más cómodo) o en alguna de las taquillas de los centros.
Nosotros cuando fuimos si que había bonos y adquirimos el de cuatro centros, que incluía Timanfaya, Jameos del Agua, Cueva de los Verdes y después a elegir entre Mirador del Río y Jardín de Cactus. Como era más caro el Jardín de Cactus, fue el que usamos con el bono, abonando la entrada al Mirador del Río. La peque también tenía su bono, pero sin coste alguno.
Teníamos para elegir bonos de tres, cuatro y seis centros
– Seguro: Aunque para viajes por España nosotros nunca contratamos seguro adicional, os recomiendo entrar en la página web de Iati seguros. Tienen una modalidad llamada Iati Escapadas que os podría encajar si viajáis con mascotas o la visita a Lanzarote es parte de una ruta por España o por Europa.
Si accedéis a través de este enlace o pincháis en la foto, tendréis un 5% de descuento y me ayudáis con el mantenimiento del blog. Os lo agradezco muchísimo.
– Equipo: Como os he comentado al inicio, en Lanzarote hay una temperatura muy agradable durante todo el año.
Si vais en invierno tendréis que meter algo más de ropa de abrigo pero sin que sea excesivo.
Nosotros al ir en septiembre llenamos la maleta con ropa de verano. También metimos unas zapatillas de trekking, un cortavientos y ropa adecuada para hacer la ruta por el Parque Nacional de Timanfaya y la zona del Volcán del Cuervo. Al ser rutas por caminos de tierra y piedras no se recomienda ir con calzado abierto y mucho menos con tacones o cuñas. Si no hacéis estas visitas no os haría falta meterlo.
Por las noches sí que refrescaba un poco, por lo que está muy bien llevar un jersey, cazadora vaquera o chaqueta.
También os recomiendo llevar los escarpines si queréis ir a los Charcones para no resbalaros con las rocas.
– Comida: En Lanzarote se come muy bien y, aunque al tener una villa muchas comidas las hicimos nosotros, si que probamos su deliciosa gastronomía. Os dejo algunos de sus platos más famosos.
Las papas arrugadas con mojo no pueden faltar en vuestro viaje a Lanzarote. Se llaman así porque se cuecen con piel y sal gorda y cuando están cocidas, la piel se arruga. No hay que pelarlas, se comen con piel ¡no seáis tiquismiquis!
El mojo es la salsa que las acompaña y ¡es una delicia! De hecho compramos para traernos a casa tarritos que vendían.
El pescado es otro imprescindible, como es lógico al estar en una isla. El cherne, la vieja, la morena o el atún en adobo son algunos de los más tradicionales.
Las lapas, el pulpo, los quesos de cabra así como la cabra guisada son otros platos muy típicos en Lanzarote.
Y si nos vamos a los postres destaco dos: el Bienmesave (se prepara con almendras, huevo, azúcar y limón) y el Barraquito (un café preparado con leche condensada, licor, café expreso y leche espumada).
Algo que intentamos probar y que no lo conseguimos fue el Gofio. Nos lo habían recomendado mucho, pero no lo encontramos en la carta de los restaurantes a los que fuimos. Es una especie de harina que utilizan para preparar numerosos platos (mousse de gofio, con caldo de pescado llamado gofio escaldado, etc.)
ALOJAMIENTO
Este apartado tiene una especial importancia en este viaje. Además de ver Lanzarote, queríamos disfrutar de nuestra pequeñaja en un lugar tranquilo, con piscina privada para que se diera sus primeros baños y donde pudiéramos cocinar su comida y estar cómodos.
Por eso, un hotel no era la mejor opción. En Playa Blanca hay hotelazos impresionantes, pero ahora no era el momento de ese tipo de alojamientos.
Y buscando buscando me topé con Villalia. Nada más ver las villas y el precio (nada desorbitado para lo que son) dije: esto es perfecto.
En la web que os he indicado podéis ver todas las villas que tienen disponibles, su capacidad y su precio. Os será difícil elegir una.
Nosotros reservamos Villa Gaumet, de dos habitaciones y dos baños, aire acondicionado y wifi.
La urbanización (privada) muy tranquila, sin ruidos y con unos amaneceres (ya os enseñaré) preciosos. La parte mala es que necesitas el coche para todo, ya que allí no hay ningún tipo de servicio. Tampoco hay playa cerca, por lo que si vuestra idea es ir a la playa todos los días no creo que sea el alojamiento ideal.
La plaza de aparcamiento para el coche estaba al lado de la casa y era totalmente accesible, sin escalones.

Una villa perfecta para dos adultos y un bebé. Además, no dejaron cuna y trona sin cargo alguno. Para cuatro personas la veo un poco justa, sobre todo la segunda habitación, que era bastante pequeña. Nosotros la utilizamos para dejar las maletas y la ropa de la niña.


La cocina estaba equipada con todo lo necesario (batidora incluida para hacerle los potitos a la peque, nosotros lo preguntamos antes).
El salón era una auténtica preciosidad, decorado con mucho gusto, como toda la casa (los baños eran más normalitos)

Pero lo mejor ya lo podéis intuir en la fotografía anterior.
Una impresionante piscina, que además era climatizada (en septiembre no nos hizo falta) solo para nosotros.

Además de la piscina con sus tumbonas, teníamos barbacoa y una mesa en el porche de la terraza para poder desayunar, comer o cenar con estas vistas. Una auténtica maravilla.


Y una cama balinesa al otro lado de la piscina ¿Qué más se puede pedir?

Por eso decidimos ir dos semanas, porque además de ver Lanzarote queríamos disfrutar de esta villa tan bonita con calma.

Esto era el paraíso. Por dios, que ganas de meterme en esa piscina otra vez.

Si quisierais una villa de este estilo pero al lado del mar, mirad Villas kamezi, son una preciosidad. Hay villas rústicas, modernas y con vistas al mar. Son más caras porque te ofrecen los servicios de un hotel: desayuno, traslados, etc. Pero aunque tienen el mar al lado, no tienen playa, por lo que tened en cuenta esto.
Y me despido del apartado del alojamiento en Lanzarote con los impresionantes amaneceres que vi desde esa piscina.

Un café y un bañito al amanecer. ¿Qué os parece?
QUÉ VISITAR
En esta ocasión no os voy a detallar el día a día en Lanzarote sino los puntos a visitar.
Pasamos muchas horas en la villa, leyendo, jugando con nuestra peque en la piscina y me parece más ameno para vosotros hacerlo así.


Si quisierais ver el detalle de cada día y los vídeos de todos los lugares podéis acceder a la stories destacadas que tengo en Instragram
¡Veréis todo antes de estar allí!
Lo que sí que voy a hacer es poneros los puntos a visitar por zonas, para que os sea más sencillo organizarlas y situarlas.
ZONA SUR DE LANZAROTE
CHARCO DE LOS CLICOS
El Charco Verde o de los Clicos es una laguna litoral incluida en el Parque Natural de los Volcanes que se ubica junto al bonito pueblo de El Golfo.
Como su nombre indica, el color de esta laguna es verde y esto es debido a un tipo de alga que habita en él y su alto contenido en azufre.
Es un verde oscuro precioso, sobre todo por el contraste que hace con la arena negra y la tierra roja de los alrededores.

En uno de sus lados se encuentra una elevación del terreno correspondiente a un cráter volcánico cuya última erupción se remonta al siglo XVIII y en el lado opuesto se ubica una preciosa playa de arena negra (grava más bien). Mirad qué panorámica más bonita.

Nosotros lo visitamos al atardecer, con el sol iluminándolo directamente y la estampa fue preciosa. Todos los colores resaltaban un montón con esta luz. Mirad muy bien donde estará el sol antes de visitarlo para no encontrároslo de frente y que os arruine las fotos.
Para llegar al mirador que tienen habilitado (ya que no te puedes acercar al charco) hay que dejar el coche en el parking que hay antes de entrar en el pueblo. Desde allí parte un sendero muy sencillo que os llevará en menos de cinco minutos al mirador. En la siguiente foto lo podéis ver. Es gratuito.

CONSEJO PAPIS VIAJEROS: Si vais con bebé el porteo es imprescindible, ya que el camino no está asfaltado y es de piedritas pequeñas y densas, por lo que con una sillita de viaje con sus mini ruedas no es nada cómodo.
Y si queréis tener unas bonitas vistas del pueblo de El Golfo nada mejor que subir por el camino opuesto al del mirador del charco.

Es una subidita corta pero intensa, aunque las vistas hacia los dos lados compensan el esfuerzo.

Está totalmente prohibido descender desde el mirador a la playa, pero si que se puede acceder a las playas que veis en la foto anterior por otro camino que sale desde el mismo aparcamiento.
A la playa del Charco se puede acceder (pero nunca acercarse al charco, recordad) desde un camino que sale del Volcán del Guincho (donde se puede dejar el coche).
La panorámica que hay desde este lado es espectacular pero nosotros nos encontramos el acceso cerrado. Si está abierto no lo dudéis, las fotos que vi en internet eran preciosas.
El Charco de los Cliclos una de las visitas incluidas en cualquier tour de Lanzarote, por lo que es mejor acudir a primera o última hora para poder disfrutarlo con tranquilidad y sin el agobio de la llegada de un autobús con 60 turistas.
Si no tuvierais coche de alquiler, una muy buena opción es contratar un tour que te lleve a ver estas maravillas. En civitatis tiene esta excursión por el sur de Lanzarote de 9 horas de duración que os llevará a ver los puntos más importantes de esta zona. Si la reserváis desde este enlace a vosotros no os costará nada y a mi me ayudáis con el mantenimiento del blog. Os lo agradezco muchísimo.
EL GOLFO
Este pequeño pero encantador pueblo costero, invita a sentarse en una terraza al lado del mar con algo fresquito y simplemente disfrutar del momento.

Si os coincide con la hora de comer o cenar, el restaurante Mar Azul es una apuesta segura para degustar un arroz con bogavante o carabineros espectacular. El entorno es precioso pero suele estar a tope, por lo que es mucho mejor reservar.
Las parrilladas de pescado o mixtas también estaban recomendadas.

Por cierto, para llegar al pueblo hay una carretera que es todo un espectáculo. Incluso paramos para sacar una foto rápida (porque no había apeadero) de lo que nos gustó.

Nos trasladó de forma inmediata a Islandia, concretamente a una de las carreteras que recorrimos en el este de la isla. Y justo cuando estás llegando ya a El Golfo parece que te vas a caer al mar, ya me lo contaréis, jejeje.
LOS HERVIDEROS
Uno de los lugares a los que fuimos más de una vez en Lanzarote fue este: Los Hervideros.
Y es que el paisaje que hay allí parece sacado de otro planeta. La fusión de la lava del Timanfaya con el mar Atlántico es todo un espectáculo de la naturaleza.

Os recomiendo visitarlos al atardecer. El sol los ilumina directamente y no puede ser más bonito. Además, no encontraréis el lugar abarrotado, ya que, aunque es otro de los imprescindibles en todos los tours de Lanzarote, a estas horas ya no hay ni un solo autobús.

Mi peque estaba encantada con el viento y su muselina jajaja.

Hay un aparcamiento gratuito donde dejar el coche y se accede a Los Hervideros en menos de un minuto. Es muy sencillo porque está al lado. La visita es también gratuita.

Ver la puesta de sol desde allí fue uno de los momentos más chulos de todo el viaje. Los colores, los volcanes de fondo y el sonido del mar chocando contra la lava es indescriptible.



Y recordad, cuanto más bravo esté el mar, mayor será el espectáculo. Incluso cuando el sol ya no iluminaba esta zona, mirad qué bonito seguía estando el paisaje.

CONSEJO PAPIS VIAJEROS: Aquí también es recomendable llevar el porteo para poder bajar las escaleras y acceder a los balcones donde ves como «hierve el mar». Un ejemplo es el que veis en la siguiente foto.
Pero si no lo tuvierais, como hay caminos acondicionados, podríais llevar el carrito de bebe.
Nosotros lo llevamos y nos turnamos para ir por los balcones a los que con el carro no se podía llegar.

SALINAS DE JANUBIO
Una visita que se puede combinar muy bien con el Charco de los Clicos y los Hervideros son las Salinas de Janubio, uno de los lugares más singulares de Lanzarote.

En su web podéis ver los horarios de las visitas guiadas y su precio. En la visita guiada ofrecen una cata donde podréis degustar la «Flor de Sal» y «Sabores de Janubio».
Lo tenemos pendiente para la próxima porque con la peque era algo que no veíamos factible (la duración es de 90 minutos y a pleno sol).


Si no quisierais hacer la visita, las salinas se pueden ver desde diferentes puntos. Su colorido y el paisaje volcánico que las rodea hace que sea una panorámica única. Merece muchísimo la pena parar.
La primera foto corresponde al mirador que está en la carretera LZ-701 a mano izquierda según pasas una gasolinera (ojo, que la gasolinera está en la carretera LZ-2, la carretera más nueva, la 701 es una paralela).
Otro mirador es el que está en el restaurante «Mirador de las Salinas»

La recolección de la sal la realizan entre primavera y el comienzo del otoño, que es cuando por las pocas lluvias y la mayor insolación se produce la cristalización y la retirada de la sal.


LOS CHARCONES
Los charcones son unas piscinas naturales de lava. No tienen servicio alguno y no están acondicionados, pero las fotos que vi eran espectaculares.
Se encuentran junto al Hotel abandonado Atlante, donde hay que dejar el coche, y caminar hacia la costa para encontrarlos.

El camino nos dijeron que era de tierra, pero que si se iba despacito se podía hacer sin problema.
Finalmente con la peque no nos animamos a ir, ya que andar por las rocas con ella nos parecía complicado (posibles resbalones, por ejemplo).
PLAYA DE PAPAGAYO
La foto de esta playa la habréis visto cientos de veces en los catálogos de viajes de las Islas Canarias. Ubicada dentro del espacio protegido Monumento Nacional de los Ajaches, la Playa de Papagayo es un paraíso.

Acceder a ella es sencillo pero tiene su miga, ya que hay que recorrer con el coche los ocho kilómetros que separan la taquilla del parking. Y son ocho kilómetros por una carretera sin asfaltar, que no está muy mal, pero tampoco bien y hay que ir despacio (y más si se va con un bebé).
El acceso a esta carretera es de pago. Hay una taquilla al inicio del camino donde os cobrarán. Pero si acudís a la playa a última hora ya no habrá nadie en las taquillas y pasaréis sin pagar. Nosotros pagamos los 3 euros en efectivo, pero vimos que tenían también datáfonos para poder pagar con tarjeta.
CONSEJO PAPIS VIAJEROS: Si queréis bajar a la playa, el acceso es mediante escaleras de tierra, por lo que deberéis portear al bebe y cargar con todas las cosas de la playa desde el parking.
Aunque es una playa sin servicios, hay un restaurante chulísimo donde os recomiendo comer, cenar o tomar algo: Be Papagayo.
Es el que veis con la palmera y las sombrillas de paja.
A su lado hay otro restaurante, pero las opiniones eran mucho mejores en el Be Papagayo por lo que no lo dudamos y allá que fuimos.

Eso sí, con reserva y siendo puntuales porque está tan cotizado que si llegáis tarde (cosa que nos pasó a nosotros) perderéis la mesa. Os dejo el enlace a su página web desde donde se puede reservar.

Nosotros al ir con un bebe se apiadaron y nos dieron otra mesa. No pensamos que tardaríamos tanto en llegar al parking, pero teníamos que ir con cuidado porque la niña iba botando en su sillita del coche con los baches (PAPIS VIAJEROS tened en cuenta esto).
La mesa era interior, no tenía vistas, pero con el sol lo preferimos, ya que toda la comida con la peque al sol no era lo mejor, pero si vais sin niños reservad primera fila, las vistas a la playa de Papagayo son chulísimas.
La comida estaba muy bien presentada y muy rica. Algo cara, pero es lógico por el lugar donde se encuentra el restaurante.


Y de postre pedimos el famoso Barraquito. Un café preparado con leche condensada, licor, café expreso y leche espumada.

Además de ver la playa, pegarse un chapuzón, hacer esnórquel y comer así de bien, es muy recomendable bordear la playa por su parte superior para ver la panorámica desde el otro lado.

No es un camino ni largo ni complicado y merece la pena. La primera foto de este apartado es desde ese lado y esta que os pongo la saqué en el trayecto. Eso sí, a toda la solana, que no hay ni una sola sombra.

Desde aquí se pueden ver las playas que hay junto a Papagayo: Playa de la Cera, Playa del Pozo y Playa Mujeres.

A Playa Mujeres nos acercamos con el coche. Hay un parking muy cerca de la playa y en este caso no hay que bajar ninguna escalera.
En vez de continuar hacia la caseta donde pagamos nos desviamos y llegamos a esta otra preciosa playa.
Nada masificada y con agua fresquita y muy chula. Ver la reacción de la peque metiendo los pies en el agua y tocando la arena fue muy bonito. Las olas no le gustaron nada, a la pobre le daban mucho mucho miedo jejeje.

Las vistas a Fuerteventura y a la Isla de Lobos desde estas playas son preciosas, mirad.

A la Playa de Papagayo fuimos dos veces. Una a pasar la mañana y comer y otra a ver el atardecer (que fue cuando no pagamos por acceder).
Toda una jornada en la playa con la niña nos parecía demasiado, pero con niños más mayores podéis dedicar todo un día a recorrer estas playas, es un plan estupendo.
Y recordad, al atardecer no os vayáis, el espectáculo está garantizado, mirad.



MIRADOR DE FEMÉS
Una visita que se puede combinar muy bien con Papagayo es el Mirador de Femés, un pequeño mirador con vistas al sur de la isla y al famoso estrecho de la bocaina, el brazo de mar que separa las islas de Fuerteventura y Lanzarote.

Femés es una pequeña localidad situada a 450 metros de altura en el macizo de los Ajaches. Ya veis que la carretera que lleva hasta ella tiene su cosa.

Junto al mirador se encuentra la pequeña ermita de San Marcial de Limoges o como comúnmente se la conoce la Ermita de San Marcial del Rubicón, patrón de la isla. De color blanco impoluto y con un bonito contraste con las palmeras que la rodean.

El restaurante Balcón de Femés lo llevamos apuntado como recomendado, pero no tuvimos ocasión de ir a comer.
PLAYA BLANCA
En nuestro caso fue la localidad base, ya que la villa se encontraba cerca de este pueblo.
Allí hay supermercados, restaurantes, playa y tiendas para comprar colonias. Sí, colonias, y es que no se puede volver de Lanzarote sin un par de colonias en la maleta. Comparad precios porque en las tiendas ponen promociones y puede haber diferencia.

Una zona que nos gustó mucho fue la del puerto.

Nosotros fuimos a pasear y a ver el atardecer desde allí. Nos encantó. Además, aprovechamos para hacer algunas compras en un centro comercial y tomar una cerveza antes de volver a la villa a cenar.

Queríamos habernos pasado a ver su mercadillo (Marina Rubicón) que lo ponen los miércoles y sábados de 9 a 14 y leímos que había puestos de artesanía, souvenirs y recuerdos, pero al final no nos cuadró.
Un restaurante que nos recomendaron en esta zona fue Casa Carlos, con vistas al mar y muy buenas opiniones. Apuntadlo si queréis comer o cenar en el puerto.
Una cafetería que probamos justo el primer día y nada más llegar a Lanzarote fue Simple & Natural. El trato fue excepcional y todo lo que nos pusieron para desayunar estaba de muerte. Recomendable 100%.

Además, pese a estar alejado de las zonas turísticas, se puede dejar el coche en el parking subterráneo del centro comercial donde está ubicado y este parking es gratuito.
Aprovechamos para hacer compra en el supermercado del centro comercial (es pequeño, no os imaginéis un centro comercial de ciudad)
A esta zona sur de Lanzarote se le pueden dedicar dos jornadas para ver todo con tranquilidad.
Una jornada playera en Papagayo y playas vecinas. El día puede terminar dando una vuelta y cenando en Playa Blanca. El Mirador de Femés si os pilla de paso podéis hacer una parada rápida.
Y una segunda jornada comenzando con un chapuzón en Los Charcones, viendo las Salinas de Janubio, el Charco Verde o de los Clicos, comiendo a pie del mar en El Golfo y cerrando el día con una impresionante puesta de sol en Los Hervideros. Suena bien ¿verdad?
ZONA CENTRO DE LANZAROTE
VOLCÁN DEL CUERVO
Si hay un volcán fotogénico a más no poder en Lanzarote, ese es el Volcán Del Cuervo.

También llamado la Caldera de los Cuervos, se creó en 1730 durante la erupción del Timanfaya.
Con 388 metros de altura fue el responsable de la lava petrificada que actualmente se encuentra en sus alrededores y es que estuvo expulsando lava durante 6 años ¡alucinante!

Se puede acceder a su interior en un corto paseo de unos 15 minutos desde el parking que tienen habilitado en la carretera LZ-56. Sí, a su interior y es muy recomendable. No todos los días se tiene la oportunidad de estar dentro de un volcán.
PAPIS VIAJEROS: Si vais con bebés, el porteo se hace imprescindible. Aquí me tenéis con mi pequeña tapada con una muselina para que no le diera el sol ni el viento. No olvidéis ponerles un gorrito y darles protección solar (aunque vayan tapados).

Y si os quedáis con ganas de más, podéis rodearlo en una sencilla ruta circular.
Los paisajes harán que estéis sacando fotos cada poco, creedme, es un locurón.


Llevad calzado adecuado porque el camino es de piedras sueltas. Y ojo, no podéis saliros del camino marcado, respectad el entorno, por favor.

Además de hacer esta ruta por el volcán de día, volvimos para verlo al atardecer. En esta ocasión no hicimos la ruta de antes porque soplaba mucho el viento y con la niña era inviable. Pero tampoco nos hizo falta. Mirad.

Y es que la luz con las siluetas de volcanes creaba una estampa que no quería perderme. Y los colores del volcán Del Cuervo, ya veis como cambian.
¿Cuánta gente había en el parking a la mejor hora del día junto con el amanecer? Nadie, estábamos absolutamente solos contemplando esta locura de paisaje. BRUTAL.

MONTAÑA COLORADA
En el mismo día que hicimos la ruta por el Volcán Del Cuervo hicimos la ruta de la Montaña Colorada ya que se encuentran muy cerca. De hecho, se ve de forma constante en el camino de vuelta del Cuervo. Es la montaña que se ve en el centro de la foto siguiente.

Como su nombre indica, el color de este volcán es de un rojo intenso en una de sus laderas. Esto es debido a la presencia de óxidos en la composición de la lava. Si miráis en Google Maps con la imagen de satélite veréis claramente el color, es una pasada.

Aunque no está lejos un parking de otro (950 metros), optamos por mover el coche y aparcar en el parking que hay habilitado especialmente para ver esta montaña. Está en el lado de la carretera opuesto al anterior.
Hay una opción que es cruzar la carretera desde el aparcamiento del Volcán Del Cuervo, recorrer parte de Montaña Negra y enlazar con el recorrido de Montaña Colorada.
De hecho, mi idea era en esta jornada era subir a la cima de Montaña Negra, ya que las vistas que había visto en fotos eran una auténtica brutalidad.
Pero esto está TOTALMENTE PROHIBIDO. Hay carteles indicando que no se puede pasar y además un ranger del parque nos lo confirmó y nos dijo que si te ve la policía o cualquier persona los llama para avisarlos la multa que te cae es curiosa. Y la gente llama (y me parece lógico) porque no todo vale por una foto. Por eso, nos fuimos directamente a Montaña Colorada.
La ruta de Montaña Colorada es también circular, de unos 3 kilómetros aproximadamente, y no tiene complejidad al ser prácticamente llana. PAPIS VIAJEROS: es necesario nuevamente llevar al bebé en la mochila de porteo.

El volcán de Montaña Colorada fue el último que entró en erupción en el año 1735 y además de su color, es famoso por la conservación de un fragmento de la bola basáltica que se expulsó en esa erupción.
Esta bomba, similar a un meteorito, aún puede encontrarse a unos metros de la cúspide del volcán. Mide más de tres metros, aunque no lo parezca.
Antes podías acerarte a ella, ahora está prohibido, al igual que subir a la montaña. De hecho, la imagen de la bomba con la ladera roja de Montaña Colorada es todo un icono de Lanzarote que por desgracia ya no se puede reproducir. Hay que conformarse con esta vista.

Fuimos solos en todo momento y caminar por esta zona, con estas vistas y el silencio absoluto fue una gozada.

Durante el recorrido hay paneles explicativos muy interesantes que hacen ameno el recorrido y si vais con niños aprenderán un montón.

Algo que me llamó la atención fue que en la zona de la Montaña Colorada se llevaron a cabo distintas acciones de extracción de materiales volcánicos para utilizar en la construcción y agricultura de la isla, por lo que el paisaje está modificado y un lado de la montaña se ve claramente que así fue.

Si no dispusierais de coche de alquiler, pero no os queréis perder este tipo de paisajes, en Civitatis tienen una ruta guiada de senderismo entre calderas, cráteres y restos de túneles de lava muy interesante. No hay excusa para calzarse las botas de monte y caminar entre estos paisajes de infarto.
PAPIS VIAJEROS: El porteo vuelve a ser necesario para hacer esta ruta. Mis pintas de mamá canguro son brutales jajaja, pero es como mejor iba la peque.

PALMERA INCLINADA
Famosa en redes sociales, la Palmera Inclinada de Montaña Negra ya no existe. Y es que, precisamente por el boom de las redes sociales, la pobre palmera estaba ya muy dañada cuando la visitamos nosotros.
Pero ahí seguía. Aguantando el viento, la falta de agua y a todos los que se subían en ella para sacarse fotos pese a estar prohibido.

Cuál fue mi sorpresa cuando leí en una noticia que un mes después de nuestra visita, en octubre de 2022, alguien había cortado la palmera. Habían ido hasta allí y con una sierra o motosierra la habían cortado. El ser humano no deja de sorprenderme. Cuanta gente con mala idea hay en este mundo, de verdad.
Esta imagen ya nunca se podrá volver a ver. Aún así, he querido dejaros unas fotos de recuerdo.

Para llegar hasta ella dejamos el coche en el parking situado en la carretera LZ-30 justo al lado contrario de la Finca Testeina y caminamos por el sendero marcado. Nuevamente, una gozada pasear por estos paisajes.

Os dejo estas indicaciones porque desde este parking se tiene una panorámica perfecta de Montaña Colorada. Merece mucho la pena parar aquí, aunque ya no se vaya a ver la famosa Palmera. Mirad.

Y con el teleobjetivo se puede captar los colores rojos y naranjas de la Montaña Colorada.


Era una visita muy bonita para combinar con la Montaña Colorada y el Volcán Del Cuervo, pero ya no podrá ser.
PARQUE NACIONAL DE TIMANFAYA
Un lugar que no puede faltar en vuestro paso por Lanzarote es este: el Parque Nacional de Timanfaya.
El Parque Nacional de Timanfaya cuenta con una extensión de casi 50 kilómetros cuadrados sobre los que se extienden más de 100 volcanes.
Es también conocido como Montañas del Fuego, resultado de las potentes erupciones volcánicas que tuvieron lugar en Lanzarote entre los años 1730 y 1736.

La visita os recomiendo iniciarla en el Centro de Visitantes e interpretación de Timanfaya. Allí podréis conocer en profundidad la historia del parque y ver el primero de varios carteles que hay en la carretera LZ-67 con el famoso diablo de Timanfaya.

Son muy chulos.

Para llegar al parking del parque hay que desviarse a la carretera LZ-602 donde hay una caseta que os cobrará y os dará el ticket. No tiene pérdida. Si tenéis bono deberéis enseñarlo (nosotros lo llevábamos en el móvil).
Como es una de las visitas estrella en Lanzarote, las colas de coches que se forman para subir son de escándalo. Consejo: visitad el parque a última hora. Cero colas y esperas. Ese mismo día a medio día vimos los coches parados en caravana desde abajo y a última hora ¡zas! Ninguno.
Si no dispusierais de coche de alquiler, en Civitatis podéis reservar este tour que os llevará a conocer el parque en medio día. Dura seis horas y las opiniones son muy buenas.
Y si quisierais dedicar todo un día, podríais reservar este otro tour que incluye el Parque Nacional de Timafaya y los Jameos del Agua. O el más completo que incluye todo lo anterior, más la Cueva de los Verdes y el Mirador del Río. También tiene muy buenas opiniones.
El parque NO se puede visitar en tu propio vehículo. Hay un autobús que lo recorre mientras por megafonía una locución va explicando los lugares por los que vas pasando. Es una forma de protegerlo.
Este autobús está incluido en el ticket de entrada y tarda unos veinte minutos en recorrer los 13 kilómetros
CONSEJO PAPIS VIAJEROS: En esta ocasión no merece la pena sacar el carro ni la mochila de porteo. En el autobús la peque fue en nuestro regazo y después en brazos. No hay que andar por lo que no se necesita nada.
Ya desde el parking las vistas son una pasada y en el recorrido ¡buf! Lo que daría por poder parar y andar como hacíamos en Islandia, porque en un autobús con las lunas tintadas pues…

Pese a eso, no me resistí a sacar unas cuantas fotos con la cámara pegada a la ventanilla del autobús. Nos pusimos en el lado contrario al conductor, en la primera fila, y la verdad es que los paisajes más chulos los tuvimos en ese lado del autobús. Mirad qué espectáculo.



Un horizonte plagado de volcanes, donde los colores se mezclaban creando combinaciones de otro planeta. El negro de la lava daba paso a verdes, ocres, rojos y naranjas. Era como aterrizar en otro planeta, de tener que frotarte los ojos y decir: ¿pero esto lo tenemos en España? Una auténtica brutalidad.

Y de fondo, coladas de lava y el mar.

Tenía mis dudas con esta visita. El ir en un autobús, las colas que había leído que se formaban, pensaba que iba a ser un circo y que no iba a merecer la pena, pero salí alucinada de allí. 100% recomendable.

Después de bajarnos del autobús, nos mostraron en la zona conocida como Islote de Hilario como el suelo del parque sigue «caliente».
Y es que al verter agua sobre unas aberturas realizadas en la tierra, esta agua se convierte en un potente chorro de vapor que os calará como no tengáis cuidado. También nos mostraron como encender un fuego con el calor del volcán con muy poco esfuerzo.
No llegamos a la hora de comer para poder probar los famosos pollos y pescados asados con el calor del volcán en el Restaurante El Diablo (como os comenté hicimos la visita a última hora) pero lo que sí que hicimos fue tomarnos un café con una tarta de queso. El postre al bocadillo que nos habíamos comido en el parking de Montaña Colorada.

Este restaurante fue diseñado por César Manrique y lo más especial es que tiene una enorme parrilla de hierro colocada sobre un agujero conectado con el fondo de la tierra.
Como ya no servían comidas no nos dejaron entrar en la zona pegada a las cristaleras, pero aun así, las vistas que teníamos desde la mesa eran chulísimas. El precio, como os podéis imaginar, bastante caro, pero quisimos parar para darle el biberón a la peque, cambiarla y descansar también nosotros un poco. Habíamos hecho las dos caminatas de El Cuervo y Montaña Colorada y estábamos cansados.
Pero aquí no se acaba la cosa. Y es que antes os he dicho que no se podía recorrer el parque en vuestro propio vehículo, pero lo que no he mencionado es sobre si se puede hacer a pie. Y esto es posible. ¿Lo sabíais?
Una oportunidad única para caminar entre estos paisajes, eso sí, previa autorización, con un guía y en un grupo reducido con un tope de visitantes diarios.
Hay que reservar con anticipación tu plaza en la web de Parques Nacionales, eligiendo Timanfaya y la opción de ruta que más os guste. Hay dos: Ruta del Litoral desde El Golfo y Ruta de Tremesana desde Yaiza.
Nosotros elegimos Tremesana y como con la peque NO podíamos ir reservamos un día cada uno (Papis Viajeros: NO admiten niños menores de 16 años cumplidos). Y la elección fue IMPRESIONANTE. MIRAD.

Es un recorrido de 3 km de unas tres horas de duración y de dificultad mínima en el que es obligatorio hablar el idioma ofertado (español o inglés) y llevar calzado deportivo cerrado.

El punto de encuentro es en la Plaza de los Remedios de Yaiza y hay que ser muy puntual, ya que de allí te acercan en un minibús a la zona del parque donde comienza el recorrido.
Después del trayecto, dejan allí «aparcado» el bus y se comienza a caminar.

A medio camino nos encontramos con el otro grupo (el de inglés) y los guías cambiaron las llaves de los buses. De esta forma no hay que volver por el mismo camino.
Al fondo podéis ver el minibús en medio del impresionante paisaje.

Indican en la reserva que se necesita mostrar el DNI y aunque a mí no me lo pidieron siempre hay que llevarlo.
Si no hubiera plazas, una opción es acercarse al punto de encuentro y ver si alguien no se presenta para ocupar su plaza. Es una lotería por lo que lo mejor es reservar la plaza por internet. Una pareja se quedó sin poder venir porque no había plaza, después de madrugar y acercarse hasta Yaiza.
El guía que me tocó era un crack, nos explicó todo de maravilla, era biólogo y se notaba que controlaba un montón del tema. Las tres horas se me pasaron volando.
A mi marido, en cambio, le tocó una chica que ya desde el primer momento les dijo que ella no tenía ni idea del tema. Les contó más cosas sobre recomendaciones para ver y hacer en Lanzarote que todo lo relacionado con el parque, flora, fauna, creación, etc. Una pena porque yo me quedé tan prendada de las explicaciones del guía que casi ni fotos sacaba jajaja.

Ver ese paisaje sin el cristal tintado del autobús fue una maravilla y eso que el día estuvo muy nublado (según el guía mucho mejor para poder hacerlo sin calor y sin miedo a quemarte por el sol). Por cierto, llevad crema, agua, gafas de sol y gorra. Un cortavientos también viene muy bien si os toca un día ventoso o no tan cálido.

Los paisajes, como ya estáis viendo, impresionantes. Incluso nos metimos en un tubo volcánico para ver las marcas de la lava y las estalactitas de lava.
Allí nos dio toda una clase magistral de cómo se formaron estas curiosas cuevas volcánicas.

Como curiosidad se sabe que hay túneles de lava en la luna, Marte y Venus. Por algo se dice que es como estar en otro planeta.

No te puedes salir del camino, ya que puede haber túneles de lava cuyo techo se puede derrumbar en cualquier momento, por lo que es muy peligroso. En la fotografía anterior veis uno abierto y en la siguiente uno con techo hecho trocitos.

Tampoco te puedes quedar rezagada sacando fotos, debes seguir el ritmo del grupo. Yo saqué, aunque no todas las que me hubiera gustado ni con la calma que a mí me gusta, pero bueno. Además, las explicaciones del guía no me las quería perder porque me estaban encantando como os he dicho antes.

Algo que me impresionó fue ver en el parque cultivos de viñedos. Y es que esta zona estaba habitada y las tierras tenían propietarios antes de la erupción. Algunos las cedieron al parque nacional, pero no todos.


Muy curioso fue también ver un tipo de lava con aspecto de corteza de árbol. La verdad es que se parecía un montón, incluso en el color marrón. A ver si lo podéis apreciar en la fotografía.

También nos explicó los diferentes tipos de coladas de lava que hay (colada en bloques, colada Aa, Colada Pahoehoe y Lava almohadillada) y las diferencias entre lava y magma. Todo esto es solo una pequeña parte de lo que allí aprendí. No os quiero destripar más la experiencia, así estaréis tan atentos como yo.
Llegados al final del recorrido, el guía nos volvió a sacar una foto de recuerdo. A mí me vino muy bien porque como iba sola nadie me sacaba fotos jajaja. Pero nada de postureo, que estaba todo el grupo mirando y yo me moría de la vergüenza jajaja.


¿Recomiendo este tour que encima es gratuito? Sí, y mil veces sí. Es algo que considero imprescindible si se vivista Lanzarote. Instructivo y muy muy chulo.

Si volvemos a Lanzarote reservaremos la ruta del litoral y así compararé, pero todas las recomendaciones de la gente que ya las había hecho se inclinaban hacia esta ruta de Tremesana. Por eso fue la elegida.

YAIZA
Si habéis hecho el recorrido a pie por el Parque Nacional del Timanfaya, vuestra aventura terminará donde empezó: en la playa de los remedios del pueblecito de Yaiza.

Una ocasión perfecta para dar una vuelta por el pueblo y hacer un poco de tiempo hasta la hora de comer. Y es que a las afueras del pueblo está uno de los mejores restaurantes de Lanzarote: La Bodega de Santiago.

Este restaurante está ubicado en una casona del siglo XIX restaurada y cuenta con una preciosa terraza exterior donde poder comer a la sombra de un enorme árbol.
Si hiciera mal tiempo o mucho viento y el interior está completo no os dejarían comer, hay que saberlo por anticipado para no llevarse disgustos.

Nosotros arriesgamos y el tiempo fue perfecto. Cero viento y una temperatura muy agradable.

De la carta nos hubiera encantado probar de todo, pero nos decantamos por una ensalada tibia de langostinos de entrante, lomo de vieja crujiente y lomo de cherne al horno de principales y un barraquito de postre. Todo espectacular, buena calidad y buena presentación.


Un consejo: reservad en su web porque siempre está a tope.
Si vais con un bebé como en el formulario web no deja poner comentarios indicad una persona más, así os darán una mesa más grande para poder «aparcar» el carrito mejor.
También pasaréis varias veces en vuestras visitas en Lanzarote por el Molino de Yaiza. Se encuentra a pie de carretera y hace que sea una de las rotondas más bonitas de Lanzarote.

LA GERIA
La carretera LZ-30 recorre el peculiar paisaje de La Geria, un espacio natural que se encuentra protegido.

Es una de las visitas imprescindibles en Lanzarote. Y es que la cámara no parará de fotografiar estas estampas.
Volcanes y unos viñedos cultivados de forma muy particular hacen una combinación muy especial. Mirad.

Y las casitas blancas en medio de los negros campos. Otra estampa preciosa.
Mi marido y yo dijimos que la próxima vez que visitemos Lanzarote nos gustaría alojarnos unos días en esta zona. En una casita como las que os voy a enseñar a continuación, que las hay y encima con piscinas privadas.


Esta zona de Lanzarote se aprovechó para la plantación de vides para la producción de vino, mayormente malvasía.

Pero como ya veréis, dichas cepas no se plantan como en la península.
Las vides se plantan en conos formados en el lapilli, llamado localmente picón, y protegidas adicionalmente por pequeños muros de piedra seca. De esta forma, las plantas se agarran más fácilmente en el suelo fértil, mientras que la capa superior de lapilli reduce la evapotranspiración. Además, la forma de los hoyos y la pared adicional protegen a los cultivos del viento.

Y en una zona de viñedos no puede faltar la visita a una bodega.
Nuestra elección fue la Bodega El Grifo, la más antigua de Canarias y de entre las diez más antiguas de España.

Pedimos un vino blanco y un tinto y lo acompañamos de unas patatitas y unos encurtidos. También tienen degustación, pero conduciendo y con un bebé no era plan jajaja.

Además de probar sus vinos, se puede dar una vuelta por los viñedos. Como no habíamos cogido la mochila de porteo fuimos de uno en uno a dar una vuelta rápida (PAPIS VIAJEROS: Llevadla porque con el carro no se puede entrar en la zona de los viñedos, no van las ruedas).
La verdad es que es un paisaje que no me cansaré de repetir que es único.

Tienen además varios tipos de visitas para hacer. En su página web podéis verlas y reservarlas.

Dad una vuelta por toda la bodega, explorad, porque hay rincones preciosos. Es una maravilla.



También nos habían recomendado la Bodega STRATVS. La conoceremos en otra ocasión porque tenía muy buena pinta.
Si no dispusierais de coche y quisierais ver esta zona de Lanzarote, Civitatis tiene este tour combinado Timanfaya y La Geria con la visita a una bodega con degustación de una copa de vino.
También tiene otro tour exclusivo de viñedos y bodegas en La Geria que incluye la visita a tres bodegas y la degustación de tres vinos o un tour más corto con visita a la bodega Vega Yuco Testeina. Varias opciones para que elijáis la que más os cuadre.

CASA MUSEO DEL CAMPESINO
Muy cerca de la Bodega El Grifo se encuentra la Casa Museo del Campesino.

¿Veis en las fotos al campesino? Porque a mí al principio me costó definirlo jajaja.

Esta obra de César Manrique reconoce el esfuerzo de los campesinos de Lanzarote, que se enfrentaron a las condiciones más adversas para dar vida al territorio.


La Casa-Museo del Campesino es un recorrido por la Arquitectura, Agricultura, Artesanía y Gastronomía tradicional. Es gratuito y además hay un restaurante que nos recomendaron y acertaron de pleno. Económico, raciones grandes y muy ricas. La papas con mojo estaban de muerte.

Es una visita que no os llevará mucho tiempo y que a mí me gustó mucho, además ya veis que es fotogénico a tope.


CARRETERA LZ-67
Por esta carretera pasamos varias veces y es que es la que te lleva al Parque Nacional de Timanfaya.
Alucinamos la primera vez, la segunda y la tercera y es que no es para menos. Mirad las fotos que os voy a enseñar.
Su paisaje, los montículos que hace la carretera y el atardecer hicieron que esta carretera, junto con la de La Geria, fueran las más bonitas de Lanzarote. Conducir por ella es una maravilla en mayúsculas y ya con la luz del atardecer ¡buf! de llorar de emoción.

Por cierto, esta chumbera me pareció de lo más fotogénica ¿Os gusta como queda en la foto con el fondo de los volcanes y la lava?

Pese al ir al atardecer no conseguimos poder parar en la carretera para sacarnos unas fotos. No había apeaderos en la zona más chula y pasaban bastantes coches. Y arriesgarnos por una foto, pues como que no, pero desde la ventanilla si saqué varias a los montículos que os menciono. Mirad que pasada.


Cuando fotografiamos el lado contrario, con el pueblo de Yaiza al fondo, el sol ya se había ocultado por completo, por lo que la foto no luce tanto, pero se ve perfectamente (parece que la he sacado con un dron, pero no, es desde el coche).

Y sí, estuvimos en esta carretera para arriba y para abajo como dos locos (bueno, dos locos y medio jajaja que la peque la pobre es una santa que aguanta las locuras de sus papis).
Y más carteles con el demonio del Timanfaya. Como me gustaron jejeje.
Coincidimos también con una caravana de camellos que iban por la llamada Vereda de los Camellos desde Uga a Yaiza.
Me recordó a nuestro paso por el desierto de Marruecos, con sus mil diferencias, obviamente.

Y es que en esta carretera está el Echadero de Los Camellos, donde puedes montarte y te dan un paseo en estos animalitos por los alrededores. Que por cierto no son camellos sino dromedarios, por lo que debería llamarse el Echadero de Los Dromedarios.
Yo la primera vez que fui a Lanzarote con mi madre era una de las cosas que te incluían en los tours. Ahora, con más conocimiento, no quisimos montarnos.
MANCHA BLANCA
Este pueblo del interior de Lanzarote es conocido porque desde allí se inicia la ruta de la Caldera Blanca (esta ruta nos quedó pendiente), por encontrarse a sus afueras el Centro de Visitantes e Interpretación de Timanfaya y por la Ermita de Los Dolores. En la siguiente foto podéis ver Caldera Blanca desde la distancia, es brutal y las vistas desde su cima son impresionantes (por las fotos que vi)

En mi tour por Timanfaya el guía nos dijo que en los próximos días se celebrarían las fiestas de los dolores en Mancha Blanca y nos animó a ir.
Música en directo, casetas con comida típica, puestos con artesanías de la isla, gente vestida con los trajes regionales y muy buen ambiente.


Aprovechamos para comer allí. Pulpitos con papas y cochino con papas también. Todo riquísimo.

La Ermita de los Dolores es muy pequeñita, la visitamos por dentro y por fuera antes de irnos.


LAS GRIETAS
Esta curiosa visita no nos dio tiempo a hacerla. La fuimos dejando y al final se nos pasó, excusa para volver.
Es una formación en la que puedes adentrarte por un pasillo formado por paredes de lava. Es muy fotogénico y en nuestra próxima visita a Lanzarote no faltará.
TEGUISE
Teguise fue el pueblo más bonito y con más encanto que visitamos en Lanzarote.

Es famoso por el mercadillo que montan los domingos por la mañana, pero nosotros quisimos visitarlo sin tanta gente y por eso nos acercamos otro día. Si tenéis ocasión podéis visitarlo en ambos momentos.

Recorrer sus callecitas blancas en soledad fue una auténtica maravilla.

Además, pese a no haber mercadillo, encontramos un montón de tiendas con artesanías y detalles para llevar de recuerdo de la isla.
Mi marido se compró una pulsera muy chula de piedras volcánicas negras.

La parroquia de Nuestra Señora de Guadalupe, la Plaza de la Constitución o la estatua del Besapié son algunos de sus puntos más famosos, pero como os he dicho antes, todas sus calles son una preciosidad. Dejad el mapa a un lado y recorrer todas sus callejuelas.

Eso sí, no olvidéis su molino de viento. Fotogénico a tope.



Muy cerca de Teguise se encuentra el Museo Lagomar, en Nazaret.
Es un museo ubicado en una antigua cantera volcánica, fotogénico a tope.
El proyecto arquitectónico de Lagomar proviene de un encargo realizado por el británico Sam Benady, quien deseaba construir su vivienda en este lugar. Benady encargó la concepción del edificio al artista más famoso de Lanzarote, César Manrique, aunque buena parte de la ejecución final corrió a cargo de Jesús Soto. No nos dio tiempo a visitarlo, por lo que queda pendiente para la siguiente visita a Lanzarote.
ANTIGUA ROFERA
La llaman también la ciudad estratificada por sus formas caprichosas.
Este lugar lo vi en algunas fotos y me pareció curioso, pero la verdad es que en la realidad no es gran cosa.
Si os cae de paso como a nosotros, podéis hacer una parada rápida. Si no es así, yo no iría hasta allí expresamente para verlo.

Son rocas curiosas y si camináis un poco os encontraréis la cantera grande. La rofera (cantina para los canarios) no deja de ser una cantera de la que se saca rofe, un tipo de piedra volcánica.

CANTERA DE LA MONTAÑA DE TINAMALA
Otra cantera no muy alejada de la rofera que os he enseñado antes. Nosotros no nos acercamos por lo que si vais ya me contaréis.
A esta zona centro yo le dedicaría dos días como mínimo. Si queréis hacer algún trekking pues ya habría que ampliar los días.
ZONA NORTE DE LANZAROTE
JARDÍN DE CACTUS
Empiezo el recorrido por la zona norte de Lanzarote con un lugar que nos encantó: El Jardín de Cactus.

Fue la última gran obra de César Manrique en Lanzarote, recogiendo alrededor de 4.500 ejemplares de cactus de unas 500 especies de los cinco continentes.

El artista escogió una antigua rofera usada como vertedero en una zona agrícola y la rehabilitó. El resultado es lo que vemos hoy en día, un lugar precioso, fotogénico a tope y muy tranquilo si se visita a última hora como hicimos nosotros.

El molino de gofio de Guatiza es uno de los tres molinos con los que contaba esta localidad y ahora es todo un símbolo del jardín, en lo alto, coronando el lugar.

Fijaros también en los baños, otra peculiar obra de César Manrique.


Era uno de los lugares que llevábamos apuntados para ver si nos hacía un día ventoso, ya que al estar «en un hoyo» está protegido del viento.

CONSEJO PAPIS VIAJEROS: Nosotros entramos con el carrito, pero hay escaleras y además las piedras del suelo tienen juntas muy anchas donde se atascaban las ruedas del carro. Por ello, es mejor portear al bebé.


PLAYA DE FAMARA
Esta impresionante playa es una de las que no pueden faltar en vuestro viaje a Lanzarote. Y es que a medida que te vas acercando a ella vas alucinando en colores al ver el imponente Risco de Famara. Mirad lo minúsculas que son las casas a su lado.

Su arena y dunas doradas, el agua brava y el risco, hacen de esta playa una de las más especiales de la isla junto con la de Papagayo.

Nos acercamos hasta ella el día de nuestro aniversario de boda ya que habíamos reservado en un restaurante que nos habían recomendado: Restaurante el Risco.
Reservamos con anticipación y avisamos para que nos pusieran trona para la peque.
El restaurante es pequeño pero coqueto, las vistas son preciosas a la Playa de Famara y al risco y la comida ¡buf! Riquísimo todo.


El arroz ya veis que pinta tenía. Y aquí tenéis las vistas desde nuestra mesa.

El pueblo no está asfaltado, tiene un rollo muy surfero y es que el mar se presta a ello. Además hay casitas que son una monada. Voy a juego con ella jajaja.


El carrito del bebé por allí rueda muy mal porque es todo arena. Nosotros lo sacamos pero no anduvimos apenas con él por eso.
Pero si hay un momento mágico en esta playa es el atardecer.

El viento era muy fuerte aquí y no quisimos bajar a la playa con la peque, pero me consta que hay unas fotografías en bajamar impresionantes. Con esta panorámica ya alucinamos.


La luz del atardecer sobre el risco y sobre la arena creaba unas estampas preciosas, otro momentazo Lanzarote, gracias.

MIRADOR DE EL RISCO DE FAMARA
Habéis visto la Playa de Famara y el risco a nivel de mar, pero ahora toca «subirse» a ese risco y ver todo vista de pájaro. Fijaros que locura.

Para acceder a este mirador (gratuito) hay que dejar el coche en el parking y caminar un poco (no tiene dificultad alguna, con bebé hay que portear). Eso sí, la carreterita para llegar al parking ojo, que no está en muy buenas condiciones. Hay que ir despacio.
El premio son estas impresionantes vistas.



El mirador de El Risco de Famara está situado en un precipicio a más de 400 metros de altura, por eso estas vistazas a todo el litoral, con la tierra salpicada de volcanes. Fuimos al atardecer pero estaba bastante cubierto.

Desde este mirador también se puede ver la isla de La Graciosa, pero no es el mejor mirador hacia este lugar (ya veréis los dos que os enseño más adelante). En la siguiente foto veréis una parte de esta isla.

HARÍA
Otro pueblecito encantador de Lanzarote es Haría. Con casitas blancas, palmeras y calles coquetas. Además, aquí se puede visitar la Casa Museo de César Manrique, antigua residencia y taller del artista.
Por cierto, para llegar hasta el pueblo se pasa por el llamado Valle de Malpaso que es alucinante. Las curvas que hay y los paisajes son muy chulos.

Hay un mirador en el Restaurante Los Helechos. Nosotros como no íbamos con tiempo de parar a tomar algo, nos conformamos con las vistas desde su parking.

MIRADOR DE GUINATE
Este mirador, también gratuito, tiene unas impresionantes vistas a la isla de La Graciosa. No es muy conocido y por eso lo pudimos ver totalmente solos. Una gozada.


Además, buscad el mensaje que hay allí escrito: Déjate llevar. Dos palabras que suele costar mucho poner en práctica y que desde que nació nuestra pequeña las tengo más presentes.
Los viajes hay que organizarlos mucho más, pero después en la práctica ese es lema, porque hay que ir improvisando con ella constantemente.

Y si mirabas hacia el otro lado… Otras vistazas. Hasta diría que el cielo, con esas nubes que amenazaban lluvia, le daba un toque a la composición.


MIRADOR DEL RÍO
Y llegamos al mirador por excelencia de la zona norte de Lanzarote.
Un mirador que es obra de César Manrique y que os dejará con la boca abierta.

Es de pago, sí. Leí que si no merecía la pena, que se ve lo mismo desde los anteriores, que se pasan cobrando. Sí, muy bien, pero es que las vistas que hay desde allí no las hay desde ningún otro. Por algo cobran y por algo César Manrique eligió ese punto.

Yo solo os digo que cuando salí a la terraza del mirador dije: Madre de mi vida, qué pasada. Y eso solo lo consiguen los lugares que de verdad me asombran. En fotos no se aprecia ni un 10% de lo que se ve en directo. No hay foto que lo plasme.

También ayudó que fuimos a última hora, poco antes de que cerraran y casi no había gente.
Las vistas a la isla de La Graciosa y al pueblecito de Caleta del Sebo eran una auténtica brutalidad.

Saqué fotos, pero estuve muchísimo más tiempo admirando el paisaje sin hacer nada más que eso.
Por cierto, lo rosa que se ve en la primera foto son las Salinas del Río, me llamaron mucho la atención por su color. Os dejo una foto con el teleobjetivo para que las veáis mejor.

Y como a la peque le tocaba la merienda, apuramos los últimos quince minutos de la cafetería para tomarnos dos cafés. Muy recomendable (aunque es cara) para seguir disfrutando de esas impresionantes vistas.

Para ir del Mirador del Río al Mirador de Guinate os recomiendo ir por la carretera LZ-202, una carretera escénica pegada a la costa que es una pasada. Habríamos parado si se pudiera en muchos puntos jejeje. Sacamos fotos desde el coche y la disfrutamos de lo lindo, ¡qué preciosidad!



Nos habría encantado ir a La Graciosa y pasar allí un par de días para conocer la famosa Playa de las Conchas y disfrutar de esta pequeña isla. Un pendiente para la próxima vez que visitemos Lanzarote.
CALETÓN BLANCO
Una playa espectacular de Lanzarote es esta, el Caletón Blanco. Es de arena fina y clarita y el agua es de color turquesa. Si a eso le sumamos las piedras negras volcánicas que hay en ella ya el combo adquiere un nivel muy chulo.

Fuimos al atardecer y la pena fue que la marea estaba baja, por lo que no pudimos admirarla como yo había visto en las fotos. Ni color ni nada. Tened en cuenta esto para que no os pase como a nosotros.
Nos encontramos los famosos semicírculos hechos con las piedras donde la gente se tumba para tomar el sol y protegerse del viento, como con las viñas, igual. Pero claro, sin agua. Fijaros que diferencia.

Muy cerca de esta playa se encuentra la fotogénica Cueva de Orzola, por si queréis aprovechar a verla. Se visita en marea baja, ojo con esto.
JAMEOS DEL AGUA
Uno de los lugares más visitados en Lanzarote son los Jameos Del Agua. Obra del artista César Manrique es un espacio natural originado en el interior de un tubo volcánico.

Fue una de las visitas que hicimos con el bono descuento que compramos y optamos por verlo a primera hora (estábamos allí nada más abrir) para evitar la aglomeración de gente.
En su página web podréis encontrar el horario de visitas, precios, etc. El parking es gratuito.
CONSEJO PAPIS VIAJEROS: Aquí el porteo se hace imprescindible. Hay que bajar y subir escaleras y el suelo durante el recorrido es de piedra volcánica, por lo que el carro rodaría mal. De hecho, en su web ya indican que NO se puede acceder con carritos para bebés. En los baños tienen cambiadores.
Los Jameos del Agua se originan tras la erupción del Volcán de la Corona, aproximadamente 4000 años atrás. De hecho, la palabra “jameo” es de origen guanche, y hace referencia al agujero que se produce como consecuencia del hundimiento del techo de un tubo volcánico, en este caso, el tubo volcánico de la Corona.
El espacio está formado por tres jameos o aberturas.
El primero de ellos es el Jameo Chico, por donde se realiza el acceso al interior y se encuentra el restaurante.

La laguna donde se encuentran los famosos cangrejos ciegos (símbolo del centro, como habéis visto en la primera foto, son de color blanquecino por la oscuridad propia del centro) es de una belleza indiscutible.
Tiene 7 metros de profundidad y el agua procede de la filtración del agua marina, al encontrarse por debajo del nivel del mar.


Siguiendo el camino, llegamos al Jameo Grande, donde está situada la piscina. Es de las fotos más repetidas por todo el mundo y es que el lugar no es para menos. Su famosa palmera inclinada es todo un símbolo.

El tercer y último jameo es el Jameo de la Cazuela, que se encuentra tras el escenario del auditorio. Este jameo no se puede visitar, salvo que se contrate la Experiencia Insólita, donde además de todo lo que os he enseñado, te muestran las dos cascadas interiores que hay atravesando el auditorio. Al finalizar te dan un aperitivo con degustación de productos locales y vinos de Lanzarote.
Esta visita guiada se realizará en grupos reducidos, concluyendo en el bar La Galería, donde se disfrutará de un aperitivo con degustación de productos locales y vinos de Lanzarote. Si la hacéis ya me contaréis si es recomendable o no.

Este es un auditorio natural con capacidad para 550 personas formado por piedra basáltica y una acústica que dicen es extraordinaria.
El escenario se ubica en el interior de una sección del tubo volcánico.

Subiendo las escaleras se obtiene otra panorámica preciosa de la piscina, con el mar de fondo.

Estuve valorando el acudir a las Noches de Jameos para poder conocer este lugar iluminado por la noche y disfrutar de una cena allí. Pero entre tener que ir con la peque y las malas opiniones que leí de la comida (vamos, que pagas el estar allí de noche) no me animé. En una velada romántica un bebé no pinta mucho.
CUEVA DE LOS VERDES
A pocos kilómetros de los Jameos del Agua se encuentra la Cueva de los Verdes. El parking es también gratuito y nuevamente entramos con el bono.
PAPIS VIAJEROS: Esta visita dudamos si hacerla por la peque. Leí que había tramos en los que tenías que agacharte, la poca luz, el tener que ser visita guiada de algo menos de una hora… Pero finalmente nos animamos. La pusimos en el porteo y la verdad es que se portó como una campeona. Optamos por ir al final del grupo para no molestar. Es verdad que si se asusta y se pone a llorar hay un problema, pero bueno, no fue así. Pensad en como se comporta vuestro peque y decidid en base a eso.
Al igual que los Jameos del Agua, la Cueva de los Verdes es una parte del tubo volcánico generado tras la erupción del Volcán de la Corona. Fijaros en las marcas que hay, alucinantes.

El tramo que te dejan recorrer es de un kilómetro (en total la gruta alcanza casi los 8 kilómetros) de galerías superpuestas con interconexiones verticales que se pueden apreciar perfectamente en la visita. En su interior se alcanzan hasta cincuenta metros de altura con anchuras de hasta quince metros.


La guía nos explicó que se utilizó como refugio frente a los piratas durante los siglos XVI y XVII y se dice que la Cueva de los Verdes debe su nombre al apellido de una familia que usaba la cueva y guardaba su ganado en los alrededores.
Es una visita fascinante que nos encantó y además, se pasa el tiempo volando mientras recorres las entrañas de la tierra. Eso sí, hay muy poca luz para las fotos.
PUNTA MUJERES
Un lugar que llevaba apuntado y al que no fuimos fue Punta Mujeres. Pese a eso, he querido añadirlo, ya que las opiniones que leí de las piscinas eran muy buenas.
El Bar La Piscina «Pichón» también lo recomendaban mucho para picar algo después de darte un buen chapuzón. Y la Casa Carmelina, tan fotogénica con sus flores.
Para la próxima lo tacharemos de la lista de pendientes.
A esta zona también le dedicaría un mínimo de dos días.
ZONA ESTE DE LANZAROTE
ARRECIFE
Este antiguo pueblo de pescadores se convirtió en la capital de Lanzarote en el año 1852. Nos acercamos hasta ella principalmente para fotografiar el Charco de San Ginés y tomar algo en las terracitas que tiene a su alrededor.

Al atardecer es una zona muy animada y, como veis, la luz está preciosa. Además, también podéis cenar. Hay un montón de opciones.


En Arrecife también fuimos a ver el Castillo de San José. Lo visitamos solo por fuera, pero no pudimos acercarnos porque había una cadena y un guardia de seguridad. Nos dio un poco de cosa saltar la cadena, por lo que nos conformamos con estas vistas.

Su entrada está incluida en unos de los bonos de entradas que os comentaba al inicio (no en el que nosotros compramos) y con ella podréis visitar el Museo Arqueológico y Etnográfico que alberga en su interior.
Si quisierais conocer Arrecife un poco más en profundidad, podríais hacer un Free Tour de dos horas y media de duración. En este tour visitaréis el El Castillo de San Gabriel y el Charco de San Ginés que os he enseñado antes y además, el Antiguo Parador de Turismo, la Plaza de las Palmas, el Parque Ramírez Cerdá o la Cultura Agustín de la Hoz.
¡Ah! Nos faltó acercarnos a ver el barco naufragado Telamón.
MIRADOR DEL ACERCAMIENTO
Este es un mirador muy curioso donde se puede ver cómo un avión de roza los pelos de la cabeza cuando va a aterrizar en el aeropuerto de Lanzarote. En google maps lo encontraréis con ese nombre, tal cual. Está en la Avenida de las Playas, en Tías.

Eso sí, terminas con arena hasta en los dientes jajaja porque como veis pasa por la playa. La gente se saca fotos con efecto donde parece que le va a tocar realmente el avión. Nos habría encantado sacarnos alguna así, pero con la peque no lo vimos viable y por eso nos turnamos para ir.
Dejamos el coche en un lugar que aparece en google maps como «vistas a la pista» (desde donde también hay unas vistas muy chulas) y después caminamos hasta la playa (está al lado).

El despegue también es todo un espectáculo porque sientes la potencia de esas máquinas que nos llevan a la otra punta del mundo y nos hacen cumplir sueños.
Sin duda, una visita curiosa si os pilla de paso.
COSTA TEGUISE
Costa Teguise es uno de los lugares más conocidos en Lanzarote para alojarse. Tiene un bonito paseo y una playa muy amplia, aunque el ambiente nos gustó muchísimo más el de Playa Blanca.

Paramos a tomar un brunch en Suculenta Café, delicioso todo y muy recomendable.

Nos faltaron unas cuantas cosas por ver en Lanzarote pese a dedicarle muchos días. Pero como os comenté al inicio, la idea era ir de relax y disfrutar de la peque y de la maravillosa villa que teníamos. Y vaya si lo hicimos.
Lanzarote volveremos a vernos, estoy segura.
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¡Salud viajeros!
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