Cuando pensábamos que era muy difícil que un paisaje nos sacara un «guau» van los Dolomitas y no solo nos lo sacan, sino que hacen que lo estemos repitiendo durante todo el viaje.
Le Corbusier dijo que sus paisajes eran “la arquitectura natural más perfecta del mundo” y no exageraba.
En nuestra ruta de nueve días por esta zona del norte de Italia descubrimos lagos de colores maravillosos, praderas con un verde imposible, picos que nos transportarían a otro mundo y pueblos que parecían sacados de una postal.
Pero junto con estos increíbles paisajes, los Dolomitas nos pusieron a prueba: prueba de resistencia, de paciencia, de superación, de llorar de emoción y de rabia. Un viaje complicado pero fabuloso.
Estoy deseando contaros toda nuestra ruta ¿Os animáis a ver uno de los lugares más increíbles del mundo?