Dubái era uno de esos destinos que contemplaba conocer en una escala pero que siempre se me terminaba resistiendo.
Un vuelo directo a Japón, una escala de pocas horas hacia Maldivas, o escalas en otros aeropuertos como el de Singapur.
Hasta que decidimos ponerle remedio a esto y dedicar un viaje en exclusiva para conocer la ciudad.
He de confesaros que no esperaba demasiado de este destino. Nunca me había «llamado» en exceso, pero qué equivocada estaba. Y es que a medida que iba organizando los preparativos, el viaje me motivaba más y más. Hasta el punto que estando allí ambos dijimos que queríamos volver y así poder conocer también Abu Dhabi y una zona concreta de su desierto.
¿Qué tiene Dubái? Piscinas infinitas rozando las nubes, el edificio más alto del mundo, islas artificiales, centros comerciales donde necesitas un mapa para encontrar las tiendas, hoteles de lujo donde te dan comida con oro y una parte tradicional donde poner los pies en la tierra después de tanta opulencia. Dubái es una ciudad que hay que ver al menos una vez en la vida y no solo en una corta escala.
Y en este post os voy a mostrar los motivos.
¡Allá vamos!